Respuesta

No debería, pero después de darle vueltas al asunto te escribo una notita y la dejo entre las páginas de un libro con fotos de castillos que está en tu librero. Es posible que un día al verlo me recuerdes hojeándolo, si la encuentras esperándote en Chambord te contará en secreto mi presentimiento.

de pronto tu foto

Tú, mirando hacia el oeste, yo a tu derecha de frente a tu retrato. Tú, tus ideas en el aire volando tierra adentro, yo cada vez más lejos de la orilla. Tú, tu aroma memorizado segundo a segundo de las breves horas. Tú, deseo de encontrarte en el sol de las mañanas. Yo, guardo las letras de tu nombre, seis, siete. Yo, me desdibujo entre los cruces de las calles por las que andas. Yo, queriendo que también sueñes conmigo.

como diría Don Teofilito

Estoy en la ruina, ja, y así voy a seguir, ¡todo el 2010!

un día extraño

Segundo amanecer del insomnio, calor, cielos aborregados, guerra y locura, siguen los días revueltos, siguen las vibras alteradas. Hoy nevó en Cataluña, nevó en Barcelona, la nueva París.

Como personaje de novela, imitando un villano resentido que incuba su odio por tardes y noches infinitas, siento durmiendo en mi estómago la repulsión que me provoca su solo nombre. Así, sin querer me convierto en el acosador que lo persigue, el loco de la película que recorta y colecciona las noticias que alaban su brillante carrera, su indudable lugar en el último movimiento literario de importancia para continente y su lengua. Miro sus ojos blanco y negro, los de su retrato recortado, retando aún al pasado, a penas se abren para decretar que han salido invictos de la guerra que los nuestros, a pesar de ser muchos más, no pudieron ganar.
Esta tarde sin quererlo me topo con su reconocido nombre, reconocido por el padrino mayor como uno de "sus" cinco apuestas, el café me sabe más amargo y aún más frío. Su sereno triunfo en los circulos de aquí y de allá me atormenta, me siento enferma pero reconozco que mi padecimineto no es físico. La gravedad de mi condición se aloja en la terquedad, en el no saber dejar ir que no conseguí en la juventud y que, con la suma de la edad abandoné por no expulsar la obsesión de mi caracter.
Miro otra vez el retrato para dejarlo dormir, para no olvidar.

Insomne

Hace muchos años que no tenía una noche de insomnio como la de ayer, sólo dormí una hora y soprendentemente no tuve sueño durante el día. Los días pasados han sido de cansancio, de estrés, días raros, días revueltos para el planeta, días de dolor, de temor ante lo que paradojicamente no no sabemos cuándo ha de pasar pero que sin duda llegará. Y sin embargo no nos queda más que seguir, tratar de dormir esta noche esperando despertar mañana para seguir construyendo la vida en un futuro que tal vez no exista, soñando con los lugares a los que deseamos ir, con los proyectos que deseamos emprender, con la gente con la que queremos estar. Sólo eso queda.

hay domingos como el de ayer en que mi reflejo es el del astío, del aburrimiento, hay domingo scomo ayer en que no soy más que una aburrida mujer de 27 años, entonces me levanto y me sacudo un poquito, sólo lo necesario para salir a la calle a que me de un poco de sol, a recordarme que vivo en un lugar inmenso con infinitos lugares para conocer, miles de calles para vagar, parques y casas típicas de Chimalistac, edificios sesentones de Insurgentes, vecindades que pronto han de desaparecer del centro, gente común, gente pretensiosa, gente que no es de acá, calles sin el tráfico de la semana laboral, cielos que también pueden ser azules. Entonces salgo y dejo de serlo un poco.