martes, julio 24, 2007

ocio maldito

Antiguos Espíritus del mal, transformen este cuerpo decadente en Elba Esther "La Maestraaaaaa" ja ja ja ja ja




Elba Esther Gordillo

Etiquetas:

viernes, julio 20, 2007

Chats

De visita en el museo del estanquillo, chachareando en las cosillas que venden en la tiendita escucho hablar a las encargadas:

encargada 1: ¿lo viste?
encargada 2: sí, pues al principio no lo había reconocido
encargada 1: es el actor que sale en las novela de la noche
encargada 2: ¿y como se llama?
encargada 1: no sé, nomás lo reconocí ¿a poco no está guapo?
encargada 2: nooo, ya se le ven las arrugas, está muy acabado
encargada 1: ¿si verdad?
encargada 2: sí, quién sabe con cuanta gente se meterán ¡Guácala!

¿de quién hablaban? pues ni idea, a lo mejor del mismo Monsiváis.

Encuentra la letra E

*el reto consiste en encontrar la letra "e" dentro de este texto.

Un Marido sin vocación

Un otoño -muchos años atrás- cuando más olían las rosas y mayor sombra daban las acacias, un microbio muy conocido atacó, rudo y voraz, a Ramón Camomila: la furia matrimonial.-¡Hay un matrimonio próximo, pollos! -advirtió como saludo a su amigo Manolo Romagoso cuando subían juntos al Casino y toparon con los camaradas más íntimos.-¿Un matrimonio?-Un matrimonio, sí -corroboró Ramón.-¿Tuyo?-Mío.-¿Con una muchacha?-¡Claro! ¿Iba a anunciar mi boda con un cazador furtivo?- ¿Y cuándo ocurrirá la cosa?-Lo ignoro.-¿Cómo?-No conozco aún a la novia. Ahora voy a buscarla...Y Ramón Camomila salió como una bala a buscar novia por la ciudad.A las dos horas conoció a Silvia, una chica algo rubia, algo baja, algo gorda, algo sosa, algo rica y algo idiota; hija única y suscriptora contumaz a La moda y laCasa (publicación para muchachas sin novio).
Y al año, todos los amigos fuimos a la boda. ¡La boda! ¡Bah!... Una boda como todas las bodas: galas blancas, azahar por todos lados, alfombras, música sacra, bimbas, sonrisas, codazos, almohadón para hincar las rodillas los novios y para hincar las rodillas los padrinos; lunch, sandwichs duros como un fiscal...
Al onzavo sandwich hubo una fuga súbita por la sacristía y un auto pasó raudo, y unos gritos brotaron:-¡Adiós! ¡Adiós! ¡Vivan los novios! ¡Vivaaan!Y los amigos cogimos otro sandwich -dozavo- y otra copita.Y allí acabó la cosa.
Mas, para Ramón Camomila, la cosa no había acabado allí...
Al contrario: allí daba principio.
Y al subir con su novia al auto fugitivo, vio claro, vio clarísimo: ni amaba a Silvia, ni notaba inclinación ninguna al matrimonio, ni sintió su alma con la vocación más mínima por construir un hogar dichoso.-¡Soy un idiota! -murmuró Ramón-. No valgo para marido, y lo noto cuando ya soy ciudadano casado...Y corroboró rabioso:-¡Soy un idiota!Silvia, arrinconada junto a Ramón, bajaba los ojos con rubor, y al bajar los ojos subía dos mil grados la rabia masculina.-¡Dios mío! -gruñía Ramón mirándola-. ¡Casado! ¡Casado con una niña insulsa como unas natillas!... No hay ya salvación para mí..., ¡no la hay!Incapaz para dominar su irritación, dirigió unas palabras durísimas a Silvia.-¡Prohibido fingir rubor y mirar a la alfombra! -gritó.(Silvia miró al parabrisas con infantil docilidad).Y Ramón añadió para su sayo, alumbrado por una brusca solución:-Voy a lograr su odio. Voy a obligarla a suplicar un divorcio rápido. Poco valgo sino logro inspirarla asco con cuatro o cinco burradas a cual más disparatada...Y tal solución tranquilizó mucho a su alma.Por lo pronto, al subir a la fotografía (visita clásica tras una boda), Ramón hizo la burrada inicial.Un fotógrafo modoso y finísimo abordó a Ramón y a Silvia.-Grupo nupcial, ¿no? -indagó.-Sí -dijo Ramón.Y añadió:-Con una variación.-¿Cuál?-La sustitución más original vista hasta ahora... Novio por fotógrafo. Hoy hago yo la foto... ¡Viva la originalidad!Y Ramón aproximó la máquina y advirtió al asombrado fotógrafo:-¡Vamos! Coja por la mano a la novia y sonría con ilusión: La cara más alta... ¡Cuidado! ¡Así!... ¡Ya!Ramón tiró la placa, y a continuación obligó al pago al fotógrafo; guardó los duros y salió con Silvia orondo y dichoso.-¡Al auto! -mandó.(Silvia ahora iba llorando)-¡La cosa marcha! -susurró Ramón.
Al otro día trasladaban sus organismos a Irún. (Lo clásico, asimismo, tras una boda.)Ramón no quiso subir al vagón con Silvia.-Yo viajo con los maquinistas -anunció-. Voy a la locomotora... ¡Hasta la vista!Y subió a la locomotora, y ocupó su actividad ayudando a partir carbón. Al arribar a Irún había adquirido un magnífico color antracita.
Ya allí, compró sus harapos a un sordomudo andrajoso, vistió los harapos y marchó a la fonda a buscar a Silvia.Y tocado con las ropas andrajosas anduvo por Irún, acompañando a Silvia y cogido a su brazo mórbido y distinguido.Nutrido público los miraba al pasar, asombrado.Silvia sufría cada día más.-¡La cosa marcha! ¡La cosa marcha! -murmuraba todavía Ramón. Pronto rogará Silvia un divorcio total. Sigamos las burradas. Sigamos con la droga antimatrimonial, multiplicando la dosis.Ramón vistió a continuación sus fracs más maravillosos, y al pisar un salón, un dancing u otro lugar público acompañado por Silvia, imitaba a los criados, y con un paño al brazo acudía solícito a todas las llamadas.
Una mañana pintó sus párpados con barniz rojo.
Por fin lo trasladaron al manicomio.
Y Ramón asistió a su propia dicha: su contrato matrimonial yacía roto y vivía imposibilitado para otra boda con otra Silvia...
ENRIQUE JARDIEL PONCELA

miércoles, julio 11, 2007

Mi hijo Siete

Hoy es el cumpleaños de Siete. Al principio no sabíamos muy bien cuando era que celebraba su llegada a esta vida, en realidad Siete quiso venir a este mundo hace mucho tiempo, mucho antes de su procreación y posterior liberación a la irrealidad, mi irrealidad.

Siete se llama así por una de tantas noches de desvelo y aunque se creó en una noche librana su alumbramiento corresponde más a un deseo de convertir una herida en una ilusión estival. Siete como todos los niños celebra su cumpleaños y desea una mascota, siete tiene a penas un año, porque nació hace uno, nueves meses después de una pelea que por poco lo deja huérfano.

Siete, es un niño perfecto, muy inteligente (lo sacó de mi). Cuando Siete crezca será curioso, le encantarán los libros y aunque a mi me chocan amará los pájaros, no tardará en querer conocer y desentrañar el mundo a su alrededor, tendrá amigos como formas de quererlos.

Siete llena mis instintos maternales, me calma. Siete será hijo único porque no puedo compartir mi cariño con nadie más. Por eso esta madrugada me bebo unas copas de vino, por este cumpleaños de Siete, por el primero que no será.

Etiquetas: