Hace mucho tiempo que me alejé de ese blog. sin embargo nunca he perdido la seguridad de que debo mantenerlo.
pensar todo lo que hay de mi en este espacio, que así como existe hoy mañana podría desaparecer, es recordar un poco de la persona que fui hace seis o siente años cuando a los que entonces eramos amigos y compartíamos inquietudes como esta nos emocionaba llevar un registro de las cosas que hacíamos o pensábamos. ya entonces pasar horas en la computadora era una actividad de todos los días, aún así nos quedaba tiempo para vivir, para compartirlo, para andar por ahí y para las cosas serias de la vida. terminar la universidad, escribir la tesis, hacer planes para el futuro. el futuro que no llega nunca y que a la vez hemos alcanzado, el futuro que es o no como lo pensábamos, el presente en el que algunos vivimos tratando de escapar a toda velocidad.
no quisiera escribir melancólica romántica y forma pusilánime sobre los sueños, esperanzas, ideales que se rompieron en estos años, los arrepentimientos acumulados, no quiero porque no sirve de nada, porque es una manera forzada de dar belleza a eventos tal vez sin ningún significado.
la vida es lo que es, ser conciente de la vida que a cada segundo nos acompaña puede ser insoportable a veces, pero luego de ese momento de gran temor, nos deja la sensación de saber que somos todo, capaces de todo, que no hay cosa que no podamos lograr, tal vez no haya tiempo de hacerlo o lograrlo todo, ni todo es un absoluto ni un eterno.
hace no mucho que siento que algo se prendió adentro, una energía que no conocía, una necesidad de vivir lo más mínimo, de hacer lo que siempre quise, lo que no había podido, de revivir deseos de la infancia, de recrear momentos que quedaron en mi cabeza, de crear nuevas experiencias, de probar nuevos sabores, de saber qué se siente eso o aquello. a veces me da miedo y sé que la idea debe salir de mi cabeza y de mi ser, pero me pregunto si eso siente la gente que presiente la muerte, yo hoy estoy conciente de que voy a morir, que llego a la mitad de la vida, que podría vivir 30 años más, que quiero vivirlos con intensidad y amplitud, que quiero también paz y serenidad para no dejarme arrollar, que llevo la mitad de la vida aprendiendo a dejar atrás lo que no me sirva para continuar.
sólo el día vivido me confirmará en este camino o me regresará al anterior, al de una existencia de esclavitud de la que estoy tratando de escapar.
Etiquetas: desahogo