jueves, noviembre 10, 2005

Allen cambió mi vida


Él era tan duro y romántico como la ciudad que amaba. Tras sus gafas de montura negra se agazapaba el vibrante poder sexual de un jaguar. Nueva York era su ciudad y siempre lo sería. (Manhattan)

Alguna vez vi un documental titulado "Dada cambió mi vida", pero la verdad no me acuerdo ni de qué trataba, aaa, sí, sobre Dada y un café donde se reunían los dadaistas. Qué flojera.

En fin, las corrientes filosóficas se han desarrollado desde su naciemiento y para mi que la filosofía se la entiende el que la escribe. Yo personalmente entiendo de esos temas cuando me los explican y alcanzo un momento de lucidez que me acalra la visión del mundo, pero que me dura dos o tres días, luego se me revuelve todo y se me olvida.

Si en este mundo somos aprendices de todo y repeticiones de la existencia, la vida no es más que una bomba de chicle que cualquier día nos explota en la cara, pero que igual de fácil la volvemos a inflar.

En un punto de esos de filosofía de pasillo, con olor a gas, me encontré con Woody Allen, en una salita de cine que más parecía una catacumba húmeda en la que un día me quedé sin luz mientras veía La Bella y la Bestia por primera vez a los 21 años.

Mis gurús fueron Andrea y Goblin Tobarka, quien de su colección desprendió algunos DVDs para ampliar la experiencia woodyallenesca.

Si tuviera que ser un hombre, tal vez me gustaría ser Woody Allen, no es que sea guapo, pero a mi también me gusta su cerebro y después de todo, no le ha ido tan mal.

Aquí un poco de su sabiduría que tanto me gusta:

• El sexo es lo más divertido que he hecho sin sonreir. (Annie Hall)
• Soy lo suficientemente feo y lo suficientemente bajo como para triunfar por mí mismo.
• Hay dos tipos de personas: los buenos y los malos. Los buenos duermen bien, pero los malos parece que se lo pasan mejor cuando están despiertos.
• El hombre consta de mente y cuerpo, pero el cuerpo es el único que se divierte. (La última noche de Boris Grouchenko)
• Cuando escucho a Wagner durante más de media hora me entran unas ganas de invadir Polonia. (Misterioso asesinato en Manhattan)
• Tú usas el sexo para expresar cualquier emoción menos amor. (Maridos y mujeres)
• Métodos de desobedencia cívica:
o Huelga de Hambre: en ella los oprimidos renuncian al alimento mientras no sean satisfechas sus exigencias. Los políticos solapados acostumbran a ponerles bizcochos al alcance de la mano o tal vez queso de cabra, pero hay que resistir. El problema que plantea la huelga de hambre es que al cabo de unos ciertos días se puede estar francamente hambriento, sobre todo cuando camiones con altavoces han sido pagados para desfilar anunciando -Um... que pollo!-. Una variante para aquellos cuyas convicciones políticas no sean tan radicales, es dejar de comer cebollinos.
o Sentada: se efectúa el traslado al lugar previsto y se procede a sentarse, pero hay que estar sentado todo el tiempo. De otro modo, como se estaría es en cuclillas, postura que carece de significado político.
o Manifestaciones: el aspecto clave de una manifestación es que tiene que ser visible. Si una persona se manifiesta con carácter privado en su domicilio no constituye técnicamente una manifestación, sino meramente una acción estúpida o comportarse como un asno. (Sin plumas)
• La diferencia entre la muerte y el sexo es que la muerte es algo que puede hacer uno solo y sin que nadie se ría después de tí.
• Hoy vi un crepúsculo rojo y gualda y pensé ¡Qué insignificante soy!. Naturalmente, también pensé eso ayer, y llovió. Me sentí asaltado por el odio hacia mí mismo, y proyecté de nuevo suicidarme... esta vez aspirando hondo cerca de un vendedor de seguros. (Sin plumas)
• Lo asombroso de cuando uno está enamorado es que experimenta un impulso de cantar. Hay que resistirlo a toda costa, y debe procurarse también que el macho ardiente no recite las letras de las canciones. (Sin plumas)
• Yo intento hacer con las mujeres lo que Einsenhover ha estado haciendo al país. (Annie Hall)
• La última vez que estuve dentro de una mujer fue cuando visité la estatua de la Libertad. (Delitos y faltas)
• El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores.
• Todos los hombres son mortales. Sócrates era mortal. Por lo tanto, todos los hombres son Sócrates. Lo que significa que todos los hombres son homosexuales. (La última noche de Boris Grouchenko)
• Te quiero contar una historia tremenda acerca de la anticoncepción oral: le dije a esa chica que si quería hacer el amor conmigo y me dijo que no.
• Mi cerebro es mi segundo órgano favorito. (El dormilón)
• Si Dios me hiciera una señal, como abrirme una buena cuenta en un banco suizo. ( La última noche de Boris Grouchenko)
• ¿Es sucio el sexo? Únicamente si se hace bien.


Bueno ya, matadme alguien.