fin de semana

Este fin de semana fue uno de esos pares de días que rinden y además dejan un buen sabor de boca al llegar la noche del domingo, casi siento que enfrentar mi trabajo mañana es posible.
Para empezar el sabadito levanté con cierto ánimo, me bañé y me fui a trabajar llegando a penas 5 minutos después de las 10. Un poco después de las 2 de la tarde estaba de camino a mi casa, hic eun poco de limpieza de mi habitación y conviví con mi hermano, sus amigos y mi roomie. Después de pensar que había perdido las llaves del vo(lv/ch)o tomé la carreterita que lleva de Cholula a Tonanzintla casi sin darme cuenta en donde empieza una y termina la otra. Conmigo misma pasé una gran tarde manejando, respirando los recuerdos de los días en que mi papá nos subía al coche con el único objetivo de pasar tiempo ne familia y conocer esos lugares que desde la vida cotidiana nos negamos a descubrir. Ayer estuve sola, pensando, mirando, respirando, recapitulando lo que es mi vida, lo que ha sido, lo que quisiera que sea. Como en el campo abierto mi mente se despejó y pude ver con cierta claridad que la libertad es necesaria y que a mi se me olvida la felicidad que me da ser libre. De regreso me tomé un café y caminé bajo la lluvia, desanduve los pasos que cuando llegué a Chulula di, a manera de posible despedida estuve por última vez en lugares importantes, en caminos hoy pavimentados, en noches de emoción, preludios de algo que hoy he perdido.
Desandar pasos para caminar los nuevos, tal vez sea eso lo que me enseñaron estos dos días en este terruño que ya es mio para siempre.