martes, febrero 15, 2005

para él

Ella nunca había estado ahí, pero sabía que un río cruzaba la ciudad y que en los días de frío la niebla cubría la ciudad por lo que sólo se veían las montañas y las torres de los edificios más altos.
Sabía que las calles eran tranquilas, a veces aburridas hasta en fines de semana. Sabía que él se levantaba y tomaba el tranvía de las 10. Vivía cerca, a una cuadra de ahí y a un par de allá, lo imaginaba caminando por los parques, a veces solo, a veces con alguien más. La gente no siempre miraba, a veces no le interesaba, pero las hojas y el viento frío no le faltaban nunca. A veces él tomaba una foto y pensaba en ella, la veía caminando por la calle de tierra o sentada mientras las noticias le cantaban fuego, agua o... simplemente la pensaba. Ella también pensaba en él, creía escucharlo mientras cruzaba el puente con las manos metidas en el abrigo por el frío.
Pensaba en si se sentiría solo o si extrañaría, sabía que no, esas sensaciones no duran más que un par de semanas. Lo que sí sabía es que los días pasaban y ella cada día lo extrañaba más, pero que en aquellas calles silenciosas y frías, en aquellas plazas que empezaban a mudar las hojas antes verdes, ahí estaba él.