miércoles, enero 12, 2005

CaRaCoLeS

Los caracoles se desaparecieron a un niño en Chapultepec. Como si no fuera suficiente con el asco que siempre me han causado los caracoles, tuve que leer un cuento en el que un niño se pone a jugar con ellos y no le vuelven a ver ni el polvo. Entre los caracoles, los sapos (y ranas) y las lagartijas podrían terminar con mi poca cordura y resistencia. En fin, un caracol vivió en mi baño durante mas de un mes, no me preocupaba porque estaba en el huequito donde debía haber un foco, yo creí que ya hasta se había secado. Total que en una de mis divagancias, me di cuenta que el caracol se cayó de su hueco y fué a dar al lavabo. El pobre además de lento es ciego, eso creo yo, porque me di cuenta que tiene dos pares de antenas, unas grandes y unas mas cortitas y retráctiles, ja. Yo digo que es ciego porque se ve que anda a tientas por la vida, como al tanteo, como a puro bastón. Después de tardar unos 5 minutos en recorrer 20 centímetros el tonto se regresó a unos diez centímetros del borde, bueno, tal vez no es tan tonto, pudo haber llegado al borde, caer y morir. mmmm. Después de contemplarlo tanto tiempo me di cuenta que ya no me da tanto asco, ni tanto miedo. Después de ver su camino errante, de ir y volver en varias direcciones por el lavabo, sin encontrar salida en esa media luna enemiga, lo agarré del caparazón o concha, o como se llame que lleva en la espalda, y lo saqué al jardín. Caracolito, con tu casa en la espalda...

Por cierto, esta semana recibí correspondencia esperada, ya quiero verla.

1 Comments:

Blogger Ireri Herrera said...

Me acorde de el "Pasito de baile" con el que mi papa me iba a ver en la tele cuando fuimos al juego contra Trinidad y Tobago... me hizo reir,... que simple no?

1:14 p.m.  

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