La ciudad de la furia

Lejos de la poética composicón, anoche la ciudad de méxico se convirtió en un lugar temible y oscuro, como ya de por sí suele ser. Las noticias reportan vientos con velocidades de 70 km/h causados por el choque entre una masa de aire caliente y una masa de viento seco perteneciente al frente frío número 22. La nota roja reporta gráficamente esta mañana la muerte de un conductor aplastado dentro de su auto al caerle encima un árbol y trés atropellados cerca de reforma. A oscuras nos quedamos en mi oficina y por temor al manoseo de un metro camarones posiblemente sin luz acepté el aventón que tan amablemente me ofreció mi jefe. Más de una hora por los ríos de autos que se estancaban en entradas y salidas del circuito interior hasta pasar chapultepec en dirección al sur donde la avenida revolución se infestaba de nosotros, ni un sólo semáforo servía. De veinticuatro a cuarenta y ocho horas tomará a luz y fuerza del centro restablecer el servicio de electricidad a las más de cuarenta colonias que hasta la noche del jueves siguen sin luz. Estar en la ciudad de méxico sin luz debe ser lo más parecido a un cataclismo, el polvo, la niebla y las nubes de ollín me remitieron a las imágenes del fin del mundo que alguna vez he leído en novelas de (aparente) ciencia ficción. Hoy las cosas ha recuperado cierta normalidad y la gran ciudad anda.