martes, febrero 23, 2010

Querer-Tener-Poder

La contradición que encierra la casi nunca coincidencia del querer-tener-poder. Hace muchos años que entre vaso y vaso de Smirnoff nos preguntabamos de cuántos y cuales factores dependía que algo finalmente pasara, se diera tal como nuestros deseos nos urgían.
La explicación resultó ser algo tan obvio, tan trillado como la alineación de los planetas, tan bizarro como la idea de un hombre azul poseedor de título nobiliario en pleno siglo XXI (si ya hace unos cuantos siglos eran pocos ahora quedan cuatro), tan cansino como el radio cantando piezas vomitivamente melosas, eso y más hace falta para que cuando se quiere también se tenga y luego así se pueda. Porque sin lo uno no hay lo otro fue la conclusión que nos dejó perplejas y crudas, nos terminamos la botella y luego otras muchas más.
Un supongando de una noche de sábado inusual: ¿quería (realmente después de tanto decir que quería?, ¿tuve (realmente la oportunidad)?, ¿(hubiese) podido?
Varios misterios con una respuesta tal vez rápida y fácil: NO
¿no qué? pues no y ya.

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