mi primer auto

Resulta que "aprendí" a manejar a los 13 años pero me daba igual, a veces manejaba en mi pueblo y alguna vez manejé en carretera pero no era algo que me quitara el sueño, el amo y señor del automóvil familiar era mi hermano, se iba a casa de sus amigos o nomás a dar la vuelta, a dominguear.
Mi acercamiento a los 4 ruedas se limitó a momentos de necesidad, alguna vez maneje el auto del flamas, otra vez el coche de ireri y unas cuatro veces manejé el Rufo, y ya, no tenía coche así que maneja uno ajeno no era mi anhelo más ferviente.
De niños vemos películas y series donde como adolescente tu primer auto es un vocho. En uno de esos me fui de pinta una madrugada de mi último año de la preparatoria, era modelo 70 y tardamos media hora en subir una cuesta que va de Tlaxcala a Apizaco, el trayecto normal se hacía en 10 minutos.
Los vochos son reconocidos como aguantadores y a pesar de ser joyas descontinuadas, hacen tanto ruido como un tractor, son cero fashion y pues mejor un chevy ¿no?
Ahora yo tengo un vocho, aunque es prestado me hace muy feliz haberme mudado de los autobuses públicos y poder disponer de mis 4 ruedas, mi nueva y mejor prestación laboral me lleva y me trae en 35 minutos de Cholula a Los Fuertes (en puntos opuestos del territorio poblano y cercanías), me resguarda de este frío que nos azota y además me permite retribuir algún aventón de los que alguna vez alguien me dio.
Yo no creo haber tenido ese sueño en que dominaba el mundo desde un vochido plateado, para mi es la realidad adolescente unos años después.